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El agua en calma es un espejo donde la realidad se refleja.
Así, la mente clara, serena como el agua, es capaz de ver la realidad de las cosas.
Una mente revuelta es como el agua agitada, turbia, donde nada puede verse.
Y porque el corazón es súbdito de la mente cuando la mente es tirana, el flujo de la emoción se entorpece.
Y porque el corazón puede ver donde no ve la mente, éste puede bucear en el agua más turbia y llevar de nuevo la serenidad a la mente.
Cuando pierdas tu propio camino, no pongas mente sino corazón. Cuando todo esté en calma, vuelve a la mente para pasar a la acción.
Así, el principio femenino de tu naturaleza, y el principio masculino de tu naturaleza, viven en equilibrio para que tu existencia esté en equilibrio.