Aunque parece que correr y crear no tienen nada que ver, sí hay una peculiar conexión entre estas dos actividades aparentemente dispares.
Un dicho habitual entre los maratonianos es que por cada milla rápida diez millas lentas. Crear surge de la misma forma. Por cada vez que te vacías creativamente, detente, retírate, relájate y descansa. Vuelve de nuevo a la acción: ¡crea!. Y una vez más regresa a la calma: diez millas, o el equivalente en tiempo para que tu “musculatura creativa” recupere su flexibilidad, tome oxígeno y aflore cada vez más inspirada. La creatividad necesita silencio tanto como el músculo necesita descanso.
Ya lo sabes, sea cual sea esa obra que tienes en marcha, si quieres obtener el mejor resultado, baja el ritmo y descansa.